El síndrome de Guillain Barré es un trastorno de parálisis autoinmune grave y potencialmente mortal que afecta al sistema nervioso. La enfermedad ocurre cuando el propio sistema inmunológico del cuerpo ataca partes de su propio sistema nervioso periférico.
En casos normales, el sistema inmunológico sólo ataca a los invasores extraños, pero en el SGB, el sistema inmunológico ataca la vaina externa que rodea los nervios. Cuando la vaina del nervio periférico se ve afectada, el nervio no transmite señales de manera efectiva, lo que hace que los músculos no respondan de manera efectiva. Los síntomas se notan primero en las piernas, las manos o la cara y pueden extenderse a otras partes del cuerpo.
Si no se trata, el síndrome de Guillain Barré puede provocar la pérdida de la función muscular y, finalmente, la parálisis. Un ataque puede poner en peligro la vida.
Aunque es poco común y afecta a 1 de cada 100.000 personas, la enfermedad puede afectar a cualquier persona, independientemente de su sexo y edad, y puede aparecer en cualquier momento. Se ha observado que los adultos varones mayores corren mayor riesgo. Se desconoce la causa de esta enfermedad, pero suele ser desencadenada por una infección bacteriana o viral. Se sabe que la cirugía y las vacunas aumentan ligeramente las posibilidades de sufrir un ataque. Sin embargo, la enfermedad no es contagiosa y no se puede heredar.
La afección puede tardar desde unas pocas horas hasta un mes en desarrollarse y alcanzar su punto máximo. Después de alcanzar su punto máximo, un paciente puede tardar varias semanas o años en recuperarse.
El diagnóstico generalmente comienza con una historia médica y un examen físico completos. Es difícil diagnosticar el síndrome tempranamente debido a su similitud con otros síndromes autoinmunes.
Generalmente se realiza una prueba conocida como velocidad de conducción nerviosa para determinar la cantidad de proteína en el líquido cefalorraquídeo. Si la cantidad de proteína es elevada, los médicos realizan una punción lumbar y una electromiografía para obtener más aclaraciones.
En casos extremos, el síndrome de Guillain-Barré puede provocar ingresos en la UCI e incluso la muerte cuando el sistema respiratorio se ve gravemente afectado. Es importante que un paciente permanezca en el hospital para ser monitoreado hasta que los médicos confirmen que el síndrome ha alcanzado su punto máximo y ahora está revirtiéndose. No existe ninguna cura conocida para el GBS. Para un pronóstico positivo a largo plazo, la detección temprana y el tratamiento adecuado son cruciales.
Algunos de los tratamientos utilizados para tratar el SGB incluyen el intercambio de plasma y los tratamientos con inmunoglobulina intravenosa e IVIG. Se ha descubierto que medicamentos como los corticosteroides, que se pueden administrar por vía oral o intravenosa, son muy eficaces. La terapia también puede ayudar a reducir la gravedad de la afección y acelerar la recuperación después de un ataque.
Si bien algunos pacientes se recuperan por completo después de un episodio, otros tienen que vivir con los efectos del GBS por el resto de sus vidas. El síndrome de Guillain-Barré suele recurrir en aproximadamente el 5% de los pacientes.
Si bien el síndrome de Guillain-Barré es un síndrome grave e incluso potencialmente mortal, el pronóstico indicó que con la información y la atención adecuadas se puede gestionar para permitir que los pacientes disfruten de una vida relativamente saludable.